Noticia sobre la cultura de la Calidad
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Los empresarios mantenses buscan mejorar la calidad de sus productos. Por ello, 16 representantes de un igual número de compañías asistieron ayer al seminario denominado “Creando una cultura de calidad”, que se efectuó en el salón Valdivia del hotel Howard Johnson.
La idea es que el sector productivo ecuatoriano diversifique su producción y le asigne un valor agregado.
Antonio Velasco, de la corporación 3D, manifiesta que la calidad va más allá de un concepto. “La calidad incluye hasta la forma cómo se maneja el personal de una compañía”.
Según él, los empleados están involucrados de manera directa con el proceso de fabricación de los productos. Debe ser un ambiente tranquilo, participativo.
La calidad no se establece según los productos, sino por la expectativa de los clientes.
Hay que hacer un análisis sobre lo que necesitan los consumidores. El producto debe satisfacer, debe llenar un vacío.
Hay que hacer un análisis sobre lo que necesitan los consumidores. El producto debe satisfacer, debe llenar un vacío.
Velasco agrega que los empresarios necesitan modernizar sus sistemas de producción en masa y, sobre todo, pensar en algo que haga diferente al objeto que fabrican.
Entre lo impartido en el seminario está la asimilación de métodos para exportar al mercado de la Unión Europea (UE). Incluso, la forma de obtener los sellos verdes que otorgan los gobiernos de los 15 países de la UE.
“Ellos deben conocer sus obligaciones y los requerimientos internos de calidad que establece cada nación”.
Ecuador es uno de los países de la región más atrasados en cuanto a calidad se refiere. Sus principales productos se exportan sin valor agregado. Uno de los casos más destacables es el sector bananero.
Por cada caja con 150 bananos muchas empresas estadounidenses cancelan dos dólares. Mientras que al mercado ecuatoriano ingresan de Norteamérica compotas en cuyo contenido hay un medio banano industrializado a un costo de $0,50.
“La diferencia es de cien a uno”, expresa Galo Leru, otro de los capacitadores de la corporación 3D.
El abismo diferencial también se registra si se compara el mercado local con sus vecinos: Perú y Colombia.
Solo en el primer país se emiten 1.700 certificados internacionales de calidad de distinto tipo cada año. Los colombianos compran algodón de Estados Unidos y les devuelven el mismo producto con un valor agregado: camisetas, pantalones, textiles de distinto uso. Los expertos advierten: “Si no se mejora la calidad, habrá una ola de productos importados que colapsarán a las empresas nacionales. No podremos competir”, comentó Leru.
No existe el dato exacto sobre el número de certificados que consiguen las empresas ecuatorianas para sus productos cada año.
Hace tan solo dos meses se creó el Consejo Nacional de Calidad, un ente regulador de políticas de calidad en el Ecuador.
Lo certero es que las materias primas y productos industrializados ecuatorianos apenas cubren los requisitos para acoger el certificado ISO 9000 que está en el último escaño de la pirámide de certificaciones internacionales.
La comparación con Chile es también elocuente. Mientras exportamos cacao a bajo costo, compañías chilenas nos venden chocolates a un valor mayor, mientras éstos son fabricados con cacao ecuatoriano.
Los dos expertos coinciden en que hay la necesidad de un cambio. Y por eso se imparten estos cursos. Empresarios de Quito, Guayaquil y Cuenca ya escucharon sobre los métodos para mejorar. El seminario también se organizará luego en Ambato y Machala.
