sábado, julio 02, 2016

Noticia sobre Comic En 1964, la despeinada Mafalda

Noticia sobre Comic En 1964, la despeinada Mafalda hizo su primera aparición de la mano de Joaquín Salvador Lavado –más conocido como Quino– en la revista argentina Leoplán. La dibujó regularmente hasta 1973 en distintos diarios y revistas (después solo lo haría en casos especiales, colaborando para campañas por los derechos de los niños y otros trabajos de esa índole), pero su vínculo con el dibujo se prolongó hasta el 2009, cuando anunció su “retiro involuntario” de la disciplina, debido a sus problemas de salud.

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Este año, cuando se celebran cinco décadas desde la creación de su tira cómica más recordada y España lo reconoce con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, sus viñetas –marcadas por su mirada crítica y de denuncia de problemas sociales, además de un abanico de personajes muy queridos– siguen vigentes. El mismo Quino comentó en alguna ocasión: “A veces me sorprende cómo algunas de esas tiras dibujadas hace más de 40 años todavía pueden aplicarse a cuestiones de hoy”.

El trabajo de la colombiana PowerPaola ha recibido buenas críticas. Aquí, una de sus ilustraciones.
Aunque su ausencia y la de Mafalda aún se resienten, una nueva camada de dibujantes e historietistas se abre camino en el círculo de la tira cómica en Suramérica. Sería injusto decir que se trata de un fenómeno del todo nuevo o que está compuesto por dibujantes emergentes: muchos de ellos ya llevan varios años dedicados de lleno al dibujo y a la ilustración, algunos con celebrados resultados.



Más bien, hablamos de artistas jóvenes y que a punta de mucha pasión y un gran entendimiento de las tecnologías han logrado hacerse un nombre y una fanaticada dentro del mundo de la historieta actual.

Si bien son innegables los nuevos aires de la historieta, se trata más de una evolución que un quiebre con respecto a la historia de la tira cómica latinoamericana.

Quino, particularmente, es un referente cuya influencia resulta primordial. Como señala Claudio Aguilera, uno de los fundadores de Plop! Galería, especializada en el dibujo y la ilustración: “la historieta latinoamericana ha tenido siempre una impronta social y política fuerte. Se aleja de los superhéroes y de la fantasía para centrarse en el mundo real, con sus pequeñas derrotas y grandezas. Quino demostró que la historieta es un espacio de reflexión, un lugar para decir algo. Esa agudeza mental ha calado profundamente y es la base de la historieta de hoy, con su apertura a los relatos autobiográficos, a las pequeñas historias y a una mirada del mundo desde la subjetividad”, explica.

Historietas de autor

Como señala Aguilera, la clásica viñeta política de las páginas de humor ya no es lo predominante. Sea por la aparición de internet o por el mayor número de artistas que han optado por dedicarse al dibujo, lo cierto es que es posible observar una gran variedad de estilos distintos entre los historietistas de hoy, desde temas de actualidad hasta crítica social, feminismo, historietas-reportajes (estilo desarrollado con éxito por el peruano Jesús Cossio) y otras más personales, donde el dibujante se hace parte de la historia.
Un buen ejemplo de eso último es Liniers, seudónimo del artista argentino Ricardo Siri Liniers, quien quizás sea el más rockstar de los historietistas de su generación, con firmas de libros que se extienden durante horas y fanáticos en distintas partes del mundo.
Los argentinos Liniers y Decur figuran entre la nueva camada de dibujantes e historietistas que se abren camino en el círculo de la tira cómica en Suramérica. Foto: Cortesía GDA
Desde hace varios años cuenta con un espacio diario en la página de humor del diario La Nación de Argentina, donde publica su tira Macanudo. Por allí transitan los más diversos personajes, desde Enriqueta, una niña fanática de la lectura, y su gato Fellini; el misterioso hombre de negro; una gran variedad de pingüinos y duendes, hasta incluso él mismo, quien es protagonista de las Cosas que te pasan si estás vivo, donde se autodibuja con orejas de conejo y da cuenta de anécdotas de su vida personal.
Pero no es el único caso: Julieta Arroquy es argentina y desde hace unos años empezó a dibujar como una forma de lidiar con un quiebre amoroso. Al tiempo apareció Ofelia, personaje a través del cual trata temáticas típicas del mundo femenino. Para Arroquy, el principal cambio que ha tenido la historieta en el último tiempo se refleja en la mayor variedad de temas que aborda. “La historieta se ha vuelto más personal, de autor. Los dibujantes se han volcado más a plasmar sus propios mundos, transitando gráficamente sus miedos, alegrías e inseguridades, los que, a fin de cuentas, son muy parecidos a los de casi todos los mortales”, señala.



Coincide la colombiana radicada en Argentina PowerPaola, seudónimo de Paola Gaviria, quien el año pasado recibió críticas muy positivas por su autobiografía gráfica Virus tropical (creado por Liniers para potenciar el dibujo y la ilustración en Argentina y el resto de Suramérica). “La historieta se ha abierto a explorar nuevos caminos con la narración y el dibujo. Ya no podemos hablar de la historieta solo como humor gráfico o superhéroes, hoy hay espacio para hablar de lo que queramos y con estilos gráficos diversos”, sostiene PowerPaola.
Dibujantes sin fronteras
Internet ha sido clave en la diversificación del género, al ofrecer una plataforma donde los artistas pueden publicar lo que quieran en sus propios blogs o sitios web, sin tener que someterse a las directrices de un editor o un medio de comunicación.
El argentino Decur (seudónimo de Guillermo Decurgez) ha sido mencionado como la nueva revelación de la ilustración argentina. Es autor de los libros Mercí y Pipí, cucú, de Ediciones de la Flor, sello que también edita los trabajos de Quino, Fontanarrosa, Liniers y el ecuatoriano radicado en Chile Alberto Montt (quien junto con Francisco Javier Olea, autor de los Oleísmos, es de los artistas locales más reconocidos).
Decur también tiene un blog personal donde sube regularmente sus trabajos, el cual considera clave para el inicio de su carrera.
Por eso, puede dar cuenta de la importancia de las nuevas tecnologías: “Creo que hoy en día somos muchos los que, gracias a internet, nos lanzamos a mostrar historietas, algunos con mucha experiencia y otros con poca. Si bien anteriormente el historietista dependía de la aprobación de un editor, hoy el visto bueno lo da la gente y después, en algunos casos (como el mío), viene el del editor. Salvo que se corte la luz o no pagues la cuenta del teléfono, en internet todo vale, no hay límites”, dice Decur.

La chilena Sol Díaz, autora, entre otras cosas, de la tira Bicharracas y los libros Sinnada y ¿Cómo ser elegante y de buena familia?, tiene una opinión similar.

“Tener acceso a esta plataforma virtual gratuita, fácil de utilizar y que facilita que te conectes con el mundo entero, hace que cualquiera pueda publicar, que todos podamos tener un espacio, y a la vez nos permite ver el trabajo de cualquier persona del mundo en cualquier momento. Es alucinante, a ratos incluso agobiante, pero creo que es una ventana abierta que hay que saber usar y aprovechar. La interacción directa con los lectores y colegas también es importante, ya que te va dando una idea de lo que vas generando”.

Como lo afirma Sol Díaz, igual de importante es la constante relación de colaboración que se da entre estos dibujantes, quienes suelen editar libros en conjunto, asisten a los lanzamientos de sus colegas o ayudan de una u otra forma en la difusión de sus trabajos, sea creando sellos editoriales con este fin (como en el caso de Liniers) o hablando de nuevos artistas en sus sitios web.

Bien lo sabe Decur, quien antes de dar el giro hacia el dibujo fue albañil y trabajó en un cibercafé. Eso hasta que se hizo amigo de Liniers, fue descubierto por Daniel Divinsky, director de Ediciones de la Flor, y retomó el dibujo, su pasión de siempre.

“En la pirámide de los dibujantes siempre están los que nos tiran una mano. En mi caso, Liniers, Alberto Montt, Tute (reconocido dibujante argentino), entre varios otros, me ayudaron muchísimo a dar pequeños pasos”, cuenta.

Coincide Alberto Montt, autor de las Dosis diarias (que publica en su blog y también edita como libros) e ilustrador de varios textos infantiles.  http://educagratis.cl/moodle/course/view.php?id=29

Explica que se trata de una forma de devolver la mano: “Este oficio es complicado. Yo he recibido empujones de gente muy grande en este medio y estoy muy agradecido de eso. Mi forma de pagar es echándole una mano a quien lo vaya necesitando. Hay muchos espacios, pero pocos remunerados, y lograr vivir de esto no es fácil”.